El ganadero debe conocer los comportamientos que reflejan la conducta natural de la especie animal dada y los que difieren de ella, según la edad y el estado fisiológico del individuo.
El comportamiento natural de los animales mantenidos al aire libre debe tenerse siempre en cuenta a la hora de crear instalaciones adecuadas para su alojamiento. En el caso de un animal mantenido en condiciones cerradas, el cuidador está obligado a proporcionar un espacio adecuado para el movimiento, adaptado a las necesidades del animal. En el caso de cualquier tecnología de cría, el bienestar de los animales significa que debe proporcionarse un entorno lo más parecido posible al cultivo para expresar los comportamientos naturales del animal. El principio básico de la Ley húngara de Protección de los Animales, en su artículo 6 (12), establece que: «El animal no debe ser utilizado para actividades antinaturales y autodestructivas».