Los animales manifiestan constantemente comportamientos, posturas o maneras de relacionarse que nos dicen mucho de su estado físico y psicológico. Analizar y medir estos factores, como mencionábamos en anteriores posts es algo crucial para poder establecer los máximos criterios de fiabilidad en bienestar animal en las granjas.
Gracias al análisis exhaustivo de los parámetros en bienestar animal realizados por expertos profesionales en la materia se podrá:
- Prestar primeros auxilios a los animales que lo necesiten
- Evitar que sufran enfermedades
- Parar posibles enfermedades a tiempo
En las granjas comprometidas con el bienestar animal europeo es fundamental la relación que se establecen entre veterinarios y ganaderos. Cuando los animales se encuentran reposando tranquilos dentro del recinto o ejerciendo comportamientos propios de su especie, se analiza y procesa cada información manifestada, siempre teniendo en cuenta los estrictos parámetros científicos europeos en materia de regulación.
En este sentido, por ejemplo, la interprofesional del vacuno de carne (Provacuno) y las de ovino y caprino español y húngara (Interovic y JTT) han desarrollado unos referenciales de calidad que contemplan y analizan hasta más de 80 parámetros, todos ellos criterios abalados por la ciencia.
Hay múltiples indicadores que manifiestan si un animal está en un estado óptimo de bienestar en términos de salud. Solo como ejemplo podemos enumerar los siguientes:
- Aspecto: Un animal sano se encuentra en alerta y pendiente del entorno que le rodea. Se muestra activo y con la cabeza alta apoyado en todas las extremidades. Cuando un animal se separa del grupo se debe analizar el porqué de su comportamiento y gestionar de la mejor manera el caso.
- Movimiento: El movimiento también dice mucho de los animales. Hay que observar factores tan simples como el tiempo que permanecen tumbados o las veces que ingieren comida a lo largo del día.
- Ojos: Los ojos brillantes, sin lágrimas en los ángulos, son un claro indicador de bienestar animal.
- Orejas: las orejas forman parte de las articulaciones más inquietas de los rumiantes, junto con la cola. Si estas se mueven todo el rato significa que el animal está atento a todos los estímulos que le rodean, lo que supone una señal positiva en bienestar.
- Hocico: En las vacas, gozar de buena salud está relacionado con un hocico húmedo, no seco. En el caso del ovino y caprino ocurre lo contrario, la nariz debe estar fría y seca.
- Boca: El rumiante no debe gotear saliva. Si la forma de masticar es lenta puede que tenga problemas en los dientes.
- Respiración: Durante el descanso se puede ver si un animal goza de buena salud al notar su respiración suave y regular. A veces, el movimiento y el tiempo cálido aumentan la velocidad de la respiración por eso es tan importante saber analizar cada factor.
- Rumia: el ovino, caprino y bovino, rumien unas seis-ocho horas cada día. La rumia es un buen indicador de bienestar animal en cuanto al comportamiento.
Es importante entender que la evaluación y detección a través de algunos de estos indicadores debe ser rigurosa y trazable y debe ser controlada y registrada. Solo de este modo se evitará emitir falsos diagnósticos y exponer a los rumiantes a testimonios subjetivos. Así mismo, la medición y el control debe estar acompañada de un adecuado plan de actuación en cada caso que sea capaz de asegurar unas condiciones adecuadas en cada caso.
De este modo, el estudio de los comportamientos, actitudes y factores físicos propiciará un control sobre aquellos elementos que pueden estar influyendo negativamente en el bienestar animal de los rumiantes; su registro, permitirá su análisis y evaluación y el plan de actuaciones garantizará la toma de medidas adecuadas para eliminar los riesgos y garantizar el bienestar animal.