En su intervención en el pasado Simposio sobre Bienestar Animal de rumiantes de aptitud cárnica celebrado en Madrid, Carolina Cucurella, Senior Veterinary Advisor de UECBV, realizó una interesante exposición sobre cómo el Pacto Verde Europeo y la Estrategia De la Granja a la Mesa influyen de manera directa en la producción ganadera, el consumo de alimentos de origen animal y en el bienestar animal.
El contexto: el Pacto Verde Europeo y la producción agroalimentaria
En 2019 la Comisión Europea puso en marcha el Pacto Verde y lo presentó como una hoja de ruta para hacer que “la economía de la UE sea sostenible transformando los retos en materia de clima y medio ambiente en oportunidades en todas las áreas de actuación y haciendo que la transición sea justa e integradora para todos”. Pero, además, también lo definió como la herramienta que establece cómo hacer de Europa “el primer continente climáticamente neutro en 2050, impulsando la economía, mejorando la salud y la calidad de vida de los ciudadanos, protegiendo la naturaleza y no dejando a nadie atrás”.
La hoja de ruta del Pacto Verde Europeo consta de siete líneas de actuación, en todas las cuales se fijan plazos para dictar medidas legislativas que apoyen el cambio y los objetivos a cumplir.
A su vez, el Pacto Verde Europeo abarca todos los sectores de la economía, lo que en el caso de la producción agroalimentaria de la UE se ha traducido en la Estrategia De la Granja a la Mesa, para asegurar la evolución del sistema alimentario actual de la UE hacia un modelo sostenible que garantice su contribución al logro de la neutralidad climática de aquí a 2050.
El bienestar animal dentro del Pacto Verde Europeo
El Bienestar Animal es una de las preocupaciones de la UE y por tanto, una de las iniciativas consideradas dentro del Pacto Verde Europeo. Hasta el momento cuenta con la siguiente normativa específica en vigor:
- El Tratado de Funcionamiento de la UE – Arti. 13 reconoce que los animales son seres sensibles.
- Cinco Directivas de protección de los animales en Granjas:
- Directiva horizontal 98/58/CE
- Terneras à Directiva del Consejo 2008/119/EC
- Cerdos à Directiva del Consejo 2008/120/EC
- Gallinas de puesta à Directiva del Consejo 1999/74/EC
- Pollos para la producción de carne à Directiva del Consejo 2007/43/CE
- Transporte de animales à Reglamento 1/2005
- Sacrificio à Reglamento (EC) Nº 1099/2009 Sobre la protección de los animales en el momento de la matanza
¿Pero es suficiente toda esta normativa?
Con la finalidad de saber si toda esta normativa ha servido en estos años para garantizar y mejorar el bienestar de los animales de granja, la Comisión ejecutó un “fitness check” tras el cual realizó una evaluación de impacto inicial y una hoja de ruta que incluye posibles medidas a tomaren granjas, transporte, matadero y etiquetado. Además, se han realizado dos consultas públicas. La conclusión de la Comisión es que la normativa es buena pero necesita ser modernizada.
A su vez, para la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), la seguridad de la cadena alimentaria está directamente relacionada con el bienestar de los animales, razón por la que en septiembre de 2022 publicó recomendaciones para mejorar el bienestar de los animales durante el transporte. En concreto, estas medidas se refieren a pequeños rumiantes (ovejas y cabras), équidos (caballos y burros), bovinos (vacas y terneros), cerdos y animales transportados en contenedores, incluidas aves domésticas (pollos, gallinas ponedoras, pavos, etc.) y conejos.
Así pues, la UE ya está tomando medidas para la modernización de la normativa de Bienestar Animal de los animales de granja. En concreto, ya se está trabajando en algunas posibles políticas:
- Granjas:
- Prohibición de jaulas: gallinas de puesta, conejos, pollos, criadoras de broilers, cerdas, estabulación individual para terneras
- Aumento del espacio asignado
- Mataderos:
- Prohibición de CO2 para cerdos
- Prohibición de bastón eléctrico
- Transporte:
- Espacio por animal, tiempos de trayecto, condiciones de viaje
- Exportaciones a terceros países: prohibición o condiciones específicas como sistemas de aseguramiento, reglas más claras.
- Animales sin destetar y otros animales vulnerables.
Pero, ¿es realmente tan sencillo llevar a cabo todas estas iniciativas y al mismo tiempo garantizar los principios de base del Pacto Verde en cuanto a que realmente sea una “transición justa e integradora para todos” y “que no deje a nadie atrás”?
El principio fundamental y de base es entender que el primer interesado en el Bienestar Animal es el propio productor en tanto y cuanto, si no hay Bienestar Animal no se pueden garantizar la calidad y la seguridad, pero, sobre todo, disminuye la rentabilidad. A partir de ahí, es necesario que cualquier nuevo requisito normativo se base en parámetros científicos contrastados que garanticen la sanidad animal.
En este sentido, es necesario conocer a fondo cómo se produce y cuál es el verdadero alcance de toda la normativa en vigor. Cuando se habla de eliminar las camisas de parto ¿hasta dónde es realmente necesario llegar? Actualmente las madres ya no están en un establecimiento individual durante toda la gestación y solo se encamisan durante el parto para garantizar la sanidad de la madre y que los lechones no sufran aplastamientos por lo que, antes de erradicar totalmente las camisas de parto, se debe analizar y estudiar con parámetros trazables la idoneidad o no de hacerlo.
Por otro lado, algunas de las medidas que se está valorando incluir implican elevadas inversiones difícilmente rentabilizables cuando desde la parte científica aún no se tienen suficientes datos que las respalden o no se han terminado de desarrollar métodos alternativos contrastados que sean más económicos y, por tanto, sostenibles.
Hay otras cuestiones, como por ejemplo el transporte de animales vivos, que puede presentar otro tipo de problemas adicionales con impactos económicos de gran alcance para el conjunto de la Unión. En este sentido, prohibir el transporte de animales vivos en largos recorridos o endurecer en exceso el transporte puede significar perder todo el mercado de exportación de ganado vivo. La solución no pasa por prohibir, sino por estudiar medidas alternativas que mejoren y aseguren el bienestar de los animales y que permitan realizar el transporte seguro para ellos.
El problema mayor que tenemos en este momento es que hace falta más investigación y más evidencia científica para tener certeza de que una medida es adecuada o no y que empezar a cambiar la legislación actual e introducir cambios o restricciones sin tener los datos contrastados es un riesgo enorme.
Por si fuera poco, en paralelo existen grandes riesgos que residen básicamente en los movimientos de plataformas y ONGs que son muy activos ante las instituciones europeas promoviendo este tipo de medidas y otras mucho más drásticas, cuya única finalidad es acabar con la producción ganadera. No hay que olvidar ni perder de vista que muchas de las iniciativas de la Comisión Europea responden a la presión originada por la percepción que el ciudadano medio tiene sobre el bienestar de los animales y el de las organizaciones y ONGs que, normalmente, no tienen ni mucho conocimiento de la actividad ganadera, ni de las normas o de la ciencia que lo respalda.
Del otro lado, ganaderos, industriales, sector… necesitamos estar más unidos y ser más proactivos y reactivos, hacer lobby a nivel nacional y presionar a todas las instancias con la finalidad de que cualquier cambio que se introduzca esté contrastado con datos científicos y responda a una necesidad justificada por la ciencia.
El debate sigue, pero mientras, la Comisión sigue avanzando y en los próximos meses presentará su propuesta que será la antesala a la votación que se celebrará en el Parlamento, paso por el Consejo y posterior acto legislativo que debería ocurrir a final de 2024.
Como reflexión final…
Desde Europa no podemos abanderar el cambio mirando a otro lado. De nada sirve, por ejemplo, eliminar la exportación de animales vivos desde Europa con la excusa del Bienestar Animal cuando los países que compran esos animales vivos no van a dejar de seguir comprándolos… es más, lo seguirán haciendo pero desde otros orígenes, más lejanos, con peores condiciones para los animales y en sistemas y medios de transporte con mayor huella de carbono. Es decir, la prohibición en Europa no resuelve el problema del bienestar animal en el transporte a nivel mundial ni contribuye a frenar el cambio climático, simplemente desplaza el problema a otras latitudes y mientras, perjudica al sector europeo. Esa hipocresía injustificada es populista y negativa en todos los casos y en ninguno de ellos beneficia ni el bienestar general de los animales ni mejora emisiones ni mejora el medio ambiente.